También hay fanáticos que
conservan la sangre fría.
Pertenecen a esa clase, los jueces
que sentencian a muerte a los que
no han cometido más crimen que
el de no pensar como ellos...
Las leyes y la religión, en vez de ser
para las costumbres humanas
un alimento saludable, se convierten
en veneno en los cerebros infectados.
Voltaire